innovación europea Hace unas semanas hablamos sobre las fórmulas de emprendimiento e innovación que se impulsaban desde la Unión Europea. Ya entonces destacamos el incremento de las inversiones en startups de carácter tecnológico, pero también que los montos seguían estando muy por debajo de los que se manejan en los fondos de capital riesgo de EE. UU o China.

Es cierto que, desde hace varios años, la Unión Europea ha mejorado sus números en cuanto a innovación. Las distintas políticas aplicadas por la Comisión Europea y el esfuerzo de muchos de los Estados miembros, ha posicionado al continente dentro de la escena a nivel global, aunque el objetivo principal, que es el de convertirse en el primer referente a nivel mundial en innovación, emprendimiento y creación de sturtups, todavía está lejos de cumplirse, sabiendo incluso que las distancias respecto a Silicon Valley o al emergente y disruptivo ecosistema asiático se han recortado.

El último cuadro europeo de indicadores de la innovación de 2018 publicado la pasada semana así lo refleja. El principal propósito del informe es que estos datos ofrezcan una panorámica completa que ayude a los Estados miembros y a la UE a conocer su posición respecto a sus principales competidores y a localizar y evaluar los ámbitos en los que es preciso concentrar esfuerzos. No obstante, y pese a que la tendencia continúa al alza, todavía existe un amplio margen de mejora y actuación, y las cifras, aunque reforzadas, siguen muy por debajo de lo deseable.

No en vano, una de las preocupaciones que más inquieta tanto a emprendedores como a dirigentes es la poca confianza que la mayoría de los fondos de inversión privados depositan en las startups de origen europeo, forzando a muchas de ellas a desarrollar su actividad lejos de nuestras fronteras. Sin ir más lejos, en 2016, los inversores de capital riesgo en la UE invirtieron cerca de 6500 millones de euros. En Estados Unidos, alcanzaron los 39400 millones. Por supuesto, no faltan las voces críticas que aseguran que dicha tendencia obedece a la aparición de una burbuja en el mercado norteamericano, en el que prima la cantidad por encima de la calidad.

¿Qué dicen los resultados del cuadro europeo de indicadores?

Pues que la tendencia es positiva en la mayoría de los países de la UE, especialmente en Malta, los Países Bajos y España. Suecia, por su parte, sigue siendo líder continental en innovación, seguido de Dinamarca, Finlandia y Reino Unido, y la brecha con respecto a competidores de la talla de Canadá, Japón y los Estados Unidos se ha reducido. No obstante, en el caso de China, y debido a su rápido crecimiento, para lograr mantener la ventaja será necesario magnificar el esfuerzo de forma conjunta entre todos los países miembros.

“Los resultados de la Unión Europea en materia de innovación han mejorado un 5,8% desde 2010. Bruselas espera llegar al 6% en 2020”.

El pasado 16 de mayo se dieron los primeros pasos hacia esa dirección. Los distintos Jefes de Estado y de Gobierno protagonizaron en Sofía un encuentro sobre investigación y desarrollo y sobre las pautas necesarias para garantizar la competitividad global de Europa.

innovación europea En palabras de Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión y responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad: “Europa cuenta con una investigación de categoría mundial y una sólida base industrial, pero hemos de hacerlo mejor, mucho mejor, para convertir en un éxito esta excelencia. La nuevas megatendencias, como la inteligencia artificial y la economía circular, causarán profundos cambios en la sociedad y en la economía. Hemos de actuar con rapidez para poder liderar la nueva ola de innovaciones y sentar las normas de la competitividad a nivel mundial”.

El continente destaca en sectores tan dispares como el aeroespacial, el de los medicamentos, las energías renovables o las bioindustrias. Por el contrario, las empresas europeas invierten menos (un 1,3% del PIB) en comparación con China (1,6%), Estados Unidos (2%), Japón (2,6%) o Corea del Sur (3,3%). La Unión Europea aloja únicamente a 26 empresas unicornio, mientras que Estados Unidos cuenta con 109 y China con 59. La inversión pública cumple con los mínimos, situándose en el 3% del PIB; el I+D se reparte con suerte desigual entre las distintas regiones y continúa por debajo de los niveles de 2010. Además, se continúa teniendo un problema en cuanto a formación digital, puesto que hasta un 40% de los trabajadores carecen de las debidas competencias en esta área.

España, entre los que más crecen

Nuestro país se encuentra en el grupo de los denominados Innovadores moderados y ha mejorado sustancialmente su rendimiento desde el año 2010. Los recursos humanos y un entorno favorable y propicio para la innovación son sus puntos fuertes. La inversión y los vínculos de colaboración, los débiles. Además, la española Alicia Asín, cofundadora y CEO de Libelium, consiguió un meritorio segundo puesto en el Premio Europeo para mujeres emprendedoras de 2018, dotado con 50000 euros. Esta es la quinta edición de estos galardones, impulsados por Horizonte 2020, y cuyo objetivo es el de concienciar a la opinión pública sobre la participación de la mujer en el campo de la innovación empresarial. Actualmente, tan solo el 31% de los empresarios en la Unión son mujeres.

¿Qué está haciendo la Unión Europea al respecto?

innovación europea Por una parte, está fomentando la cooperación entre equipos de investigación de todos los países para realizar descubrimientos innovadores que ayuden a cubrir las prioridades esenciales de los ciudadanos de la Unión. Además, apoya a todos sus Estados miembros para que maximicen el gasto en I+D mediante la implementación de mejoras y reformas que mejoren la calidad de sus inversiones y de sus políticas de investigación e innovación. Estimula la inversión privada a través de iniciativas como los planes InvestEU y VentureEU, que persiguen impulsar el capital privado destinado a startups europeas.

La UE también está procurando que la regulación actual brinde las condiciones adecuadas para la innovación. Se están eliminando trabas y barreras y se procura que los procesos sean más sencillos y rápidos. Por último, se apoya la adquisición de innovación gracias a las ayudas públicas que se reparten en toda la Unión Europea de cara a adquirir productos y servicios innovadores y disruptivos minimizando de esta manera el riesgo de hacerlo.