Economía circularCada vez son más las voces críticas que se alzan en contra del actual modelo de economía lineal, aquel que rige nuestro día a día y que se basa en extraer y procesar las materias primas, producir los bienes, consumirlos, y, cuando su ciclo de vida se da por concluido, desecharlos con la consecuente generación de residuos (“tomar, hacer, desechar”). Este modelo, unido a unos niveles de consumo en constante aumento, dan como resultado un sistema no sostenible que ejerce presión sobre los recursos y el capital natural, degrada rápidamente los ecosistemas y hace que los precios sean excesivamente volátiles. La mala noticia es que esto tendrá consecuencias muy negativas incluso a corto plazo.

Dadas las circunstancias, la economía circular se plantea como una alternativa viable y realista que persigue cambiar el actual e ineficiente modelo de producción y consumo. Y eso, teniendo en cuenta que, pese a que el término se ha acuñado recientemente, la economía circular lleva funcionado bastante tiempo, concretamente desde 1987, siempre según Elisabeth Molnar, quien ya por aquel entonces puso en marcha Humana: Fundación Pueblo para Pueblo. No obstante, ha sido la Fundación Ellen MacArthur quien más ha hecho por situar el concepto en el radar de usuarios, empresas y administraciones públicas.

De acuerdo, pero ¿qué es la economía circular?

Según la Fundación para la Economía Circular, y en contraposición a la economía lineal, es un modelo económico directamente relacionado con la sostenibilidad y cuyo principal objetivo es que el valor de los recursos, materiales y productos se mantenga activo en la economía durante el mayor tiempo posible, reduciendo a la mínima expresión la generación continuada e irresponsable de residuos. Persigue redefinir, por lo tanto, tanto productos como servicios. Se sustenta en lo que se ha dado a conocer como el concepto Multi-R: Repensar y Rediseñar la producción; Reparar, Refabricar y Redistribuir los productos y los materiales con los que se fabrican; Reducir el consumo y Reutilizar productos acondicionados; Reciclar como base fundamental y Recuperar la energía derivada del ahorro energético.

Pese a que comparten varios principios, hay que tener clara la diferencia entre reciclar y reutilizar. Con el reciclaje se aprovecha el material con el que está hecho un producto para transformarlo en eso mismo o incluso en otra cosa, mientras que reutilizar es volver a usar un producto nuevamente, sea con los mismos fines o no; usar y reusar. La economía circular, de hecho, es un concepto bastante más complejo.

El modelo de economía circular va más allá de reutilizar residuos. Logra que se incorporen de nuevo al proceso productivo para la fabricación de nuevos productos, por lo que dejan de convertirse en desechos y pasan a ser recursos valiosos. Pero lo hace desde el mismo origen, lo que implica un cambio de planteamiento desde el comienzo de la cadena de valor (diseño, producción, consumo y reciclado), desde el diseño mismo de los productos, desde la pizarra. La explotación de recursos ya debe hacerse con ese planteamiento en mente. Ninguno de los eslabones puede permitirse el lujo de no implicarse en el flujo circular de la economía. Si lo hace, deja de tener sentido, y el objetivo es claro: 100% de reusabilidad.

Innovación para la Economía Circular y Economía Circular para la Innovación

Economía circularEl mismo concepto o definición de Economía Circular implica necesariamente cambio, y el cambio surge de la innovación. Un problema como la escasez de recursos o los procesos no sostenibles nos fuerza a buscar nuevas soluciones, y con ellas las oportunidades de negocio. El modelo startup, tradicionalmente más flexible y horizontal, destaca a la hora de generar negocios circulares, pero también para abrazar desde un principio este nuevo paradigma. Las multinacionales, sobre todo aquellas con más recorrido, tienen más complicaciones para aplicar los cambios o para propiciarlos, pero también cuentan con los recursos necesarios. En cualquier caso, ambos modelos tienen motivos más que de sobra para interesarse por la economía circular. Ejemplos de empresas que han logrado reducir su dependencia de los recursos naturales, de generar beneficios a partir de residuos y que a su vez han logrado resolver exitosamente retos ambientales hay muchos. Startups y grandes compañías buscan y emplean nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocio basados en principios de colaboración, renovación, reparación, reutilización, desmaterialización, longevidad y vida útil. Todo ello, muy lejos de la actual economía lineal.

¿Quién apoya la Economía Circular?

La economía circular es un punto clave para la Unión Europea. En 2015 aprobó un paquete de medidas específico para impulsar este modelo alternativo con el fin de eliminar el enfoque del “toma, fabrica, utiliza y tira”. Además, a las ya mencionadas Fundación Ellen MacArthur, Fundación para la Economía Circular o Humana: Fundación Pueblo para Pueblo, hay que sumar otras tantas iniciativas encabezadas no solo por asociaciones centradas en esta materia, sino también aquellas puestas en marcha por grandes compañías.

Economía circularLa Fundación COTEC, una asociación sin ánimo de lucro que impulsa la innovación como motor de desarrollo económico y social de España, es una de las más importantes a nivel nacional. Fundada en 1992, cuenta con el apoyo de diferentes empresas privadas y administraciones y administra y gestiona varios proyectos económicos, educativos y en el área del I+D+i. De hecho, nuestro país ocupa el tercer puesto de la Unión Europea con mayor número de pymes que realizan actividades de economía circular, así que no es un concepto al que permanezcamos ajenos.

Y, por supuesto, personas. Reutilizar cosas, reutilizar ropa o incluso reutilizar cajas de cartón. Reutilizar objetos cotidianos, de nuestro día a día, debería ser, a partir de ya, responsabilidad de los ciudadanos. ¿Es la economía circular diferente de lo que se lleva años planteando? ¿Es distinto o mejor que los ‘viejos’ planteamientos de Humana o de Cradle to Cradle? Seguramente no, pero gracias a las nuevas iniciativas de asociaciones como la Fundación COTEC o la Fundación para la Economía Circular se ha logrado que el concepto cobre mucha más fuerza y tenga mucha más relevancia que hace años. En cualquier caso, no hay que olvidar que este empujón viene motivado en buena parte por la propia urgencia e imposición que nosotros mismos hemos creado.